Lo único bueno de las crisis, es que permite ver quién es quién. Cuando hay una crisis, del tipo que sea, es posible saber si alguien está a la altura de las circunstancias, o no.
Las crisis sencillamente desnudan.
Desnudan tanto, que hoy, por ejemplo, es muy evidente que el capitalismo no funciona, y que el modelo neoliberal, sencillamente no trajo el desarrollo que prometieron…
Y no lo trajo, porque el modelo no estaba hecho para generar desarrollo, siempre estuvo concebido para acumular capital a través de nuestro trabajo.
Hoy, resulta también evidente, que esta no es una crisis cualquiera, y ya los administradores del capitalismo mundial, están socializando las pérdidas, para poder seguir en su festín.
Se preparan para refundar el capitalismo. Mientras, en el centro mismo del capitalismo, crece exponencialmente el desempleo, se dispara el costo de la vida, crece el descontento social, las pequeñas y medianas empresas atraviesan serios problemas.
Es muy posible además, que el daño que le hemos hecho al planeta, sea ya, irreversible. Pero es que esa es la lógica del capitalismo. La destrucción como valor. Y el valor como principio de vida.
Los presidentes de los países ricos, acuerpados por las transnacionales, y que son los que nos tienen en esta situación, sólo hablan de refundar el capitalismo. O sea, como el capitalismo está en crisis, tenemos la solución: ¡más capitalismo!
O sea, básicamente, que todo cambie para que nada cambie.
En nuestro país como el presidente todavía sueña con un mundo con Gorbachov, con Reagan y sin sindicatos, no se entera de la crisis, dice que ha tomado las medidas necesarias. Y ante la crisis, lo que propone es más capitalismo… salvaje.
Veamos el caso de la minería cielo abierto, porque en este caso la lógica depredadora del capitalismo es sumamente evidente.
Para hacernos entender, nos permitimos leerles el maravilloso pensamiento de Adam Smith, quien escribió, esto en el Siglo XVIII:
“Ninguno, por lo general se propone originariamente promover el interés público, y acaso conoce cómo le fomenta cuando no se abriga tal propósito. … cuando dirigen la primera forma de que su producto sea del mayor valor posible, solo piensa en su ganancia propia; pero en éste y en otros muchos casos es conducido, como por una mano invisible, a promover un fin que nunca tuvo parte en su intención”.
Esta es la lógica con la que opera el capitalismo. La lógica del egoísmo, en la que hemos sido educados todos y todas. Y como lo que se propone es más capitalismo, se supone que con esa lógica vamos a salir de la crisis.
O sea, dicho de otra forma, el egoísmo de un capitalista que devasta el medio ambiente para sacar oro que le pertenecerá, nos conviene, tanto que la conveniencia es nacional.
Más concretamente, que a los capitalistas le valga un comino contaminar ríos, aniquilar especies, destruir miles de árboles, destruir corredores biológicos, ecosistemas enteros, nos beneficia. Para eso está la mano invisible.
Sálgase de esta lógica destructiva y pregúntese ¿Y cuenta de qué, el oro vale más que un árbol, o que una lapa, o que un ecosistema completo?
¿Qué el oro respalda al dólar? ¿A quién se le ocurrió?
¿Qué es el oro sino más que un metal? ¿Y que es un dólar sino más que un pedazo de papel?
¿Por qué ese pedazo de metal o ese pedazo de metal debe valer más que la vida?
¿No les parece eso una estupidez?
Así es como funciona el capitalismo, dándole valor a algo que no lo tiene, puro fetichismo.
También funciona, porque el Estado Capitalista y sus leyes están hechos a la medida de los buenos negocios, es la estructura que permite y legaliza esta explotación, por eso es que es posible que hayan algunos permisos ambientales.
Y cuando su Estado capitalista impone límites, pues qué más da, se violenta la misma institucionalidad. La separación de poderes en este país hoy es tan invisible como la mano esa de Smith.
No hay ningún problema, para eso están los decretos, para eso sencillamente limitamos a la SETENA. Si nada de eso sirve entonces se recurre al chantaje, y amenazan con demandas millonarias y arbitrajes internacionales, también hechos a la medida del capital.
Así funciona el capitalismo, con periodistas serviles que denigran su profesión de comunicadores, con gobernantes corruptos que parecen más funcionarios de la empresa privada que defensores del interés público.
Esa es la lógica del capital, así es como funciona. No como dice Adam Smith, y los fundamentalistas del capitalismo, porque lo único que se socializa son las pérdidas, incluidas las ambientales, mientras otros se forran con nuestro trabajo.
Dijimos al inicio que lo único de bueno que tienen las crisis es que no obligan a tomar posición, se ve quiénes están a la altura de las circunstancias.
Claramente Óscar Arias está como dos siglos atrasado, y no estará nunca a la altura de las circunstancias. Pero él realmente no importa, no podíamos esperar mucho.
Pero la verdadera pregunta es: ¿estaremos todos nosotros a la altura de las circunstancias y eliminamos de una buena esta lógica tan absurda de ver el mundo?