McCain

El obviar este pequeño no es nada casual, porque Estados Unidos, tiene todo que ver con el conflicto que se ha abierto en el Caúcaso, entre Georgia y Rusia, o deberíamos más bien decir entre los intereses geopolíticos del imperialismo occidental, y los de la no menos imperialista Rusia.

Si alguno de ustedes quiere entender qué es lo que ocurre en esa conflictiva zona, lo primero que le recomendamos es que siga la ruta de los oleoductos y gasoductos que pasan por Osetia del Sur.

Lo resumimos de la siguiente manera, ya que además la prensa derechista de este país, como es de esperar, exige que nos alineemos con los gringos.

El presidente georgiano Mijail Saakashvili decidió invadir Osetia del Sur, territorio que alguna vez formó parte de Georgia y que se convirtió en república autónoma en 1991, cuando la implosión de la ex Unión Soviética.

Con la invasión a Osetia del Sur la famosa “revolución rosa” del presidente Saakashvili, que lo llevó al poder con el apoyo de EE.UU., queda totalmente al descubierto.

Más de mil civiles osetios han sido asesinados durante la invasión.

La invasión a Osetia del sur fue una clara provocación a Rusia. Y la respuesta rusa fue contundente. La siguiente movida de Saakashvili fue pedir auxilio a su aliado norteamericano, y se victimizaron acusando a Moscú de agresor ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Y es que la movida de Saakashvili al parecer es parte del plan norteamericano por controlar el importante paso energético que se ubica en esa estratégica zona.
Desde el año anterior el gobierno de Georgia, aumentó en proporción sin precedentes el presupuesto militar en más del 86 por ciento.
Su ambición era reclamar los territorios de Abjasia y Osetia del Sur, territorios que Georgia perdió en las guerras de comienzos de los años ’90.
Fue la Casa Blanca la que financió el incremento y proporcionó equipos a las tropas georgianas por valor de 34 millones de dólares sólo en el 2007.
Como parte del trato Georgia amplió de 850 a 2000 el número de sus efectivos en Irak.
A finales de 2007, Saakashvili declaraba el estado de sitio y reprimía a una multitud que reclamaba su renuncia y que lo obligó a realizar nuevas elecciones para ser reelecto. De paso, clausuró un canal televisivo y otros medios favorables a la oposición, por supuesto, en Estados Unidos no se dijo que peligraba la democracia, con estas acciones.
Human Rights Watch y Amnistía Internacional denuncian desde hace tiempo la práctica de la tortura en las cárceles, por otro lado repletas de opositores políticos, quines son juzgados por “traición a la patria”.
Saakashvili creyó que podía ocupar un territorio que limita con Rusia sin cortar la frágil línea de abastecimiento que une a los dos países, habrá pensado que Moscú no reaccionaría para evitar más tensiones con EE.UU. y la Unión Europea.
Esta imitación de la costumbre de invadir que practica la Casa Blanca, no tomaba en cuenta ni el poderío militar ruso, ni la determinación absoluta del Kremlin de impedir que EE.UU. se meta en sus zonas de influencia, ni el escaso deseo de Washington de enfrentar militarmente a Moscú en territorio ruso.
El presidente georgiano tampoco incluyó en sus cálculos el temor de Occidente a que se viera interrumpida la salud del oleoducto que va de Bakú al puerto turco de Ceyhan y transporta hidrocarburos de Azerbaiján sorteando el monopolio de los ductos rusos.
En estos momentos la tensión no deja de aumentar, Estados Unidos presiona a los miembros de OTAN, a la vez que firma la instalación del escudo antimisiles en Polonia, que es vecina de Rusia. El argumento de Estados Unidos se basa en que los mísiles son para defenderse de Irán.
Por otro lado, en Europa crece la preocupación ya que Rusia satisface entre un 20 y un 25 por ciento de las necesidades energéticas de Europa Occidental. El petróleo es eso: petróleo.
Porque no se trata de los derechos humanos de nadie, es más no se trata de la autodeterminación de ningún pueblo, el conflicto trata del control de zonas de influencia, de fortificar fronteras, de demostraciones de poderío militar.
Para poner un par de ejemplos de lo que decimos, basta recordar que Rusia no reconoce la independencia de Chechenia, con quien mantiene un tenso conflicto. Otro ejemplo, recientemente Kosovo se proclamó republica independiente, con el beneplácito de occidente.
La estrategia estadounidense en toda la región es muy clara, dividir la región, alentar los nacionalismos, instaurar gobiernos pro occidentales, promover el ingreso de estas pequeñas repúblicas a la OTAN para así cercar a la potencia rusa.
Lo más preocupante es que conforme pasan los días sube el tono de las acusaciones y los movimientos estratégicos cada vez alcanzan matices militares más claros.

Es necesario un poco de sensatez, el problema es que del lado gringo esa cualidad parece que no existe, sobre dados los antecedentes de Bush y sus halcones. Y por desgracia, McCain, ya ha demostrado no ser más brillante que Bush, y también se comporta como todo un matón.

Lo que ha dicho McCain es de un gran cinismo, porque Estados Unidos tiene un historial de invasiones realmente vergonzoso, pero es que con la prepotencia imperialista de estos republicanos también lanzan su amenaza, y advierten que las naciones en el siglo XXI no invaden a las naciones aliadas. Ya tienen su escudo antimisiles en Polonia…

Y todavía podemos ponernos más pesimistas, porque la maquinaria mediática ya está funcionando, McCain es presentado por la prensa conservadora como el comandante en jefe, y poco a poco van dejando de lado el tema de la economía y otos temas sensibles, McCain ya casi alcanza en las encuestas a Obama.

Pero en todo caso si ganara Obama, no hay mayor diferencia, en Estados Unidos lo que manda es el capital… así que el panorama no es nada alentador.

(Aunque cueste creerlo, el candidato republicano, efectivamente dijo esto, citado en un artículo del escritor argentino Juan Gelman, publicado en Rebelion.org, quien a su vez hace referencia al Washington Post del 14 de agosto pasado.)

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