El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, admitió que la derecha hondureña derrocó a Manuel Zelaya por su cercanía con los gobiernos progresistas latinoamericanos y reiteró que lo sucedido no fue un golpe de Estado.
Micheletti reconoció que el “único error” fue la forma como llevaron a cabo el derrocamiento del presidente legítimo Zelaya a quien secuestraron de madrugada y luego lo sacaron del país, hacia Costa Rica, el pasado 28 de junio.
Micheletti despreció el hecho de que Zelaya “se hizo amigo de Daniel Ortega (presidente de Nicaragua), Chávez (Hugo, presidente de Venezuela), Correa (Rafael, presidente de Ecuador), Evo Morales (presidente de Bolivia)”.
Fue por este acercamiento, que, según Micheletti, “sacamos a Zelaya porque se fue a la izquierda, puso a comunistas”, aseguró.
Micheletti consideró que la presencia de un gran número de militares en los espacios públicos es porque “defienden la democracia, la policía igual, es para cuidar la reacción incendiaria de Zelaya. Ellas nos apoyaron pues íbamos al abismo”.
Las calles de Honduras han sido controladas desde el pasado lunes por policías y militares, quienes han reprimido al pueblo y han callado a los medios de comunicación opositores que se resisten al golpe.
La comunidad internacional y la Organización de Naciones Unidas (ONU) reiteraron durante esta semana la condena al golpe militar y exigieron el restablecimiento de Zelaya a su puesto como presidente legítimo.
El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, ratificó el miércoles que está analizando la posibilidad de dejar sin efecto el decreto de suspensión de garantías constitucionales, pero no por las denuncias que se han generado tras esta medida por violación a los derechos humanos, sino a la petición realizada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de facto que considera que esta medida puede afectar el proceso electoral del próximo mes de noviembre.
Asimismo, aseguró que estos comicios “no se detienen” y que las elecciones presidenciales están llamadas desde el 2008.