Hoy se cumplen 18 meses de impunidad y compadrazgo entre el Estado y los autores intelectuales del crimen contra Sergio Rojas Ortiz, del clan Uniwak, dirigente Bribri del Territorio Indígena de Salitre
Sergio Rojas Ortiz fue uno de los dirigentes que trabajó muy fuerte en los procesos de recuperación de tierras ancestrales, luego de que, en el año 2010, representantes de los pueblos originarios tomaran las instalaciones de la Asamblea Legislativa cuando fueron a solicitar que avanzara la discusión del proyecto de ley sobre Autonomía Indígena que tenía muchos años de divagar en ese espacio legislativo; pero terminaron sacando sus cuerpos arrastrados a la fuerza puerta afuera del edificio en horas de la noche.
Por ello, decidieron no volver a San José a exigir sus derechos sino hacerlos respetar en sus territorios bajo sus propios procesos de Autonomía. De hecho, aquel proyecto de ley nunca se discutió en Plenario y, recientemente, quedó archivado por esa misma razón.
Sergio respaldó y apoyó a su pueblo de Salitre en estos procesos de Autonomía, pero también apoyó otros territorios. Por eso recibió amenazas, agresiones e intentos de asesinato por parte de los matones a sueldo enviados por los terratenientes que usurpan los territorios, incluso recibió amenazas públicas de parte de los mismos terratenientes.
También fue encarcelado injustamente durante 6 meses sin ninguna prueba en su contra.
Nada de eso detuvo a los pueblos originarios en su reivindicación por la tierra. Creyeron, como siempre lo cree el Poder, que matando una cabeza detienen la palabra, la rebeldía y la digna rabia.
El 18 de marzo del 2019, Sergio es asesinado a tiros, por la noche, a la espalda, en su casa. No pudo defenderse de la cobardía del Poder colonial.
Tan sólo 11 meses después de su asesinato, nuestros ojos vieron caer a otro compañero indígena, Jhery Rivera Rivera, del pueblo Bröran también asesinado por el Poder colonial.
Y hoy, 1año y 6 meses después del crimen contra Sergio Rojas Ortiz, ya son 4 los pueblos originarios que están con su proceso de recuperación de territorios ancestrales, y en cada una de las recuperaciones, el legado y la palabra de Sergio y de Jhery se mantienen vivas. Decenas de fincas recuperadas con decenas de familias indígenas que retornaron a sus tierras y ya hacen crecer sus milpas, sus yucales, sus frijolares, sus platanales, sus arrozales, sus ayotales, para alimentar a sus hijxs con dignidad y rebeldía.
Pero la impunidad y el compadrazgo entre el Poder económico, el Poder político y el Poder judicial también se mantiene. No sólo porque no hay ningún avance para determinar quién o quiénes mandaron a ejecutar a Sergio, si no porque los ataques y agresiones sistemáticas contra los procesos de reivindicación y sanación territorial tampoco se han detenido, mientras los agresores andan sueltos y envalentonados, justamente porque el sistema de justicia y el poder político les respalda.
De hecho, al día de hoy, el Tribunal Agrario ordenó el desalojo de la finca recuperada Kono Ju, en el Territorio Indígena Cabécar de China Kichá y permitió la entrada del ganado de la Sociedad Anónima que reclama -ilegal e ilegítimamente- esa tierra, luego de que esa Sociedad apelara la resolución que había resuelto a favor del pueblo Cabécar.
Compartimos el comunicado de la Coordinadora de Lucha Sur- Sur que explica con detalle la orden de desalojo de Kono Ju.
¡NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS!