El presidente de teleSUR, Andrés Izarra, aseguró este lunes que la televisora se mantendrá informando de la realidad que se vive en Honduras tras el golpe de Estado del 28 de junio, pese a la agresión del gobierno de facto que obligó a la salida del equipo de corresponsales, camarógrafos y técnicos del país centroamericano este fin de semana.
“TeleSUR no ha renunciado de su labor en Honduras”, exclamó el directivo en una rueda de prensa desde Nicaragua, país que le abrió las puertas a los trabajadores que salieron de la nación vecina por tierra.
Informó que bajo un nuevo plan de seguridad, la televisora seguirá laborando, lo “que nos permite mantener nuestro deber de informar”.
Izarra relató que el equipo de teleSUR presente en Honduras realizó su trabajo periodísticao hasta que “en la noche del sábado (11 de junio), fueron nuevamente retenidos nuestros equipos, en conjunto con los de VTV (…) por miembros de la Fuerza Pública de ese país”.
Dijo que “se presentaron fuertemente armados, llevando pasamontañas y amenazando fuertemente la vida” de todo el equipo de de la televisora en esa nación.
Denunció que fue un secuestro porque los policías que se los llevaron, carecían de un sustento jurídico para ejecutar la acción.
Agradeció que el equipo fue liberado gracias a la intervención de la embajada de Venezuela y Nicaragua en Honduras, y de la Comisión de Derechos Humanos (CIDH), que además acompañaron al equipo por vía terrestre hasta que pasaron la frontera con Nicaragua.
“El equipo fue liberado pero continuó siendo vigilado específicamente por un grupo llamado Cobra en Honduras” denunció Izarra.
“TeleSUR decidió resguardar la seguridad personal de nuestro equipo de trabajo y salir de honduras por vía terrestre hacia Nicaragua, nuestros equipos llegaron ayer en la noche a Nicaragua”, expresó.
Según el presidente de teleSUR, se busca consignar la denuncia del atropello a la prensa y elevar al mundo la situación que en Honduras se está viviendo con la violación a los Derechos Humanos (DD.HH.).
Por su parte una de las corresponsales en Honduras agraviadas, Adriana Sívori, exclamó que desde que empezó su labor en ese país tras el golpe, “fue violentado mi derecho y el derecho de todos los periodistas de teleSUR en Honduras”.
“Mientras estábamos reportando nos empezaron a perseguir”, relató, “Nos seguían a los hoteles, nos intervenían los teléfonos, se nos cortaban las llamadas”, continuó Sívori.
Reveló sentirse afectada por “haber informado la verdad al mundo” y que las autoridades de facto hondureñas “quieran tapar” lo que ocurrió con los periodistas, solo por un conflicto con el presidente (Hugo) Chávez “que no existe”.
En tanto, otra de las corresponsales, Madelein García, aseguró que lo hay en Honduras es un “amedrentamiento con armas largas, capuchas y hostigamiento”.
García recordó que los policías del Gobierno de facto justificaron el secuestro tras alegar que “un grupo extranjero atentaba contra la seguridad nacional”, por ello se preguntó “¿qué puede hacer un micrófono y una cámara?