El caso de Percy Schmeiser, demandado por Monsanto

Meses atrás les habíamos informado sobre el caso de Percy Schmeiser, quien fue demandado por la transnacional Monsanto.

Pues resulta que el 19 de marzo de 2008, en un acuerdo extrajudicial entre Percy Schmeiser y Monsanto, la transnacional asumió su responsabilidad por la contaminación genética de los campos de Percy Schmeiser.

En un juicio anterior el Tribunal Supremo Canadiense había reconocido la legalidad de la protección de la patente de las semilla Transgene perteneciente a Monsanto, pero al mismo tiempo el tribunal mando al Parlamento canadiense el caso para que esta instancia evaluara la cuestión de la legalidad de una patente en relación a la vida y las formas de vida.
De acuerdo con normas legales anteriores, el propietario de una patente es en cierto modo el propietario de la cosecha respectiva. La cuestión sigue pendiente de que el Parlamento canadiense la vuelva a evaluar.

Dado que Schmeiser pudo probar que nunca había utilizado semillas de Monsanto modificadas genéticamente ni el herbicida total Roundup Ready que se venden obligatoriamente con estas semillas transgnénicas de Monsanto, pero además, demostró que él no sacaba provecho alguno de la contaminación de sus cosechas, por lo que fue absuelto de las demandas de compensación por parte de Monsanto.

En 2005 Schmeiser volvió a encontrar plantas transgenicas de Monsanto en sus campos. Informó a Monsanto y le exigió que las eliminara.

Monsanto confirmó a Schmeiser que las plantas eran Roundup Ready y, por lo tanto, propiedad de Monsanto. Remitiéndose al veredicto vigente que mantiene que el dueño de una planta también es responsable de los daños de contaminación de la planta, Schmeiser logró que las plantas fueran eliminadas profesionalmente y que la factura de este trabajo fuera remitida a Monsanto.

En anteriores intentos de llegar a un acuerdo Monsanto no había accedido a pagar los gastos de eliminar las plantas que ascendían a 660 dólares, así que Schmeiser había demandado a la compañía por ello.

Monsanto sólo habría accedido a pagar los daños por la contaminación a condición de que Schmeiser firmara un “pacto de silencio”, es decir, accediera a no hablar nunca acerca del caso, lo que durante el resto de sus vidas les habría privado, a él y a la esposa, del derecho a hablar públicamente acerca del caso o de, en el futuro, volver a demandar ante ningún tribunal a Monsanto por contaminar su cosecha.

Schmeiser se negó. Las exigencias de Monsanto eran totalmente inmorales.

Cuando el juez preguntó por qué Monsanto no había pagado simplemente la módica cantidad de 660 dólares, el abogado de Monsanto Richard W. Danyliuk respondió que lo que había en juego era mucho más que 660 dólares.

Una hora antes de que empezara el juicio el 19 de marzo de 2008 Monsanto aceptó todas las demandas de Percy Schmeiser y asumió su responsabilidad por la contaminación de los campos de Schmeiser.

Monsanto no sólo pagó los daños sino que también aceptó que Schmeiser informara al público acerca de lo que había pasado y que expresara en público su opinión y su postura acerca de este caso.

El hecho de que Monsanto asuma, como propietario de la patente de Transgene, la responsabilidad de la contaminación de los campos vecinos abre el camino a todos los granjeros del mundo para que exijan compensaciones a Monsanto.

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