Segunda ola se presenta en regiones dónde se desbordan los monocultivos de piña, banano y otros productos de empresas trasnacionales.
En los últimos días, se ha disparado una segunda ola de contagios en el país, mientras los empresarios presionan para abrir nuevamente el comercio, la economía, y la implementación de políticas neoliberales para reestructurar por completo el Estado en función de los intereses del capital transnacional global. Para el día de hoy, 10 de junio, el país cuenta con 12 personass fallecidas por COVID-19 y más de 1200 contagios desde que llegó la enfermedad al país.
El mismo Ministro de Salud ha aceptado que el aumento de casos ocurre en regiones dónde se asientan grandes plantaciones de monocultivos y empacadoras de esos productos; una parte importante de las nuevas comunidades afectadas por COVID-19 son fronterizas con Nicaragua, lugares dónde las empresas agroindustriales históricamente han sido denunciadas por explotar a sus trabajadorxs en condiciones casi esclavistas, por desplazar a las familias campesinas de sus tierras y destruir la naturaleza con sus sistemas productivos.
Para muestra un botón: la actual presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (CADEXCO), Laura Bonilla Coto, es una de las socias mayoritarias y representante legal de dos empresas a las que el Ministerio de Salud les ordenó un cierre temporal sanitario en la Zona Norte de Costa Rica por presentar 20 casos positivos con Coronavirus.
La gran mayoría de empresas agroindustriales no han detenido su producción desde que entró la enfermedad a Costa Rica ni tampoco acatan las medidas sanitarias que se la han impuesto al resto de la población para detener los contagios. Hoy, son las principales causantes de la propagación del virus en las comunidades rurales del país.