TERRITORIO INDÍGENA EXIGE CONSTRUCCIÓN DE PUENTE

El puente sobre el Río Ceibo que unirá con el territorio indígena de Ujarrás (cabécares al sur de Costa Rica), es un cuento de nunca acabar. O más bien, es un cuento politiquero largo de contar.
El sitio donde se ubica el puente es de alto riesgo en tiempos de invierno, con amplias zonas abiertas a ambos lados, que genera desbordamientos impredecibles. Técnicamente, cualquier hijo de vecino sabe con antelación que el nuevo puente (si lo llegan a construir), en algún momento será arrastrado por la corriente del Ceibo.

Aprovechando los recursos obtenidos ante la emergencia del Huracán César (julio 96), un buen técnico-político ideó trasladar el puente al sector este del territorio indígena (desde mi punto de vista es el punto ideal). Pero oh casualidad, la nueva carretera debía atravesar la finca de varios técnicos-políticos de aquel entonces. Esto echó abajo toda la idea por las influencias politiqueras descubiertas.

A inicios de esta década, un proyecto financiado por la Junta de Desarrollo de la Zona sur (JUDESUR), pretendía cambiar la estructura existente a otro andamiaje para darle mayor fortaleza y capacidad de tonelaje. Pero oh casualidad, esos mismos no indígenas que hoy pegan el grito al cielo, frenaron el proyecto y debieron pasar casi un año sin puente, hasta que construyeron el que en octubre del 2008, fue destruido por la corriente del Ceibo.
Por supuesto que el puente debió ser construido de manera inmediata. Pero que evitó que esto sucediera?. En definitiva, la mano política y la mano racista.

Política porque es una ruta secundaria, que debe ser atendida por la Municipalidad de Buenos Aires y racista, porque es prioridad cualquier otro proyecto fuera de territorios indígenas.
Políticamente, es la Municipalidad de Buenos Aires la encargada de coordinar todo lo referente a la canalización de recursos económicos, técnicos y humanos provenientes de otras instancias y la propia. Sencillamente el alcalde Feliciano Álvarez Guevara se cruzó de brazos, porque este pueblo no le genera mayores dividendos políticos.

Racista, porque la mayoría de funcionarios de todas las instituciones públicas que están en Buenos Aires, actúan de manera despreciativa cuando de atender asuntos indígenas se trata.
Para citar un ejemplo concreto, la oficina del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), que tiene un programa de semillas (insumos, equipo y otros), le ofreció a algunos agricultores bribris de Kabaköl apoyo en ese sentido. Increíblemente, hasta el día de hoy 16 de diciembre, está convocando a los agricultores para entregarles abonos y otros insumos, cuando muchos de ellos ya están cosechando frijoles nuevos. Ah! y a propósito, a los agricultores no indígenas, si les entregaron a tiempo todo lo que requerían.
Otro ejemplo (que consta en actas), cuando el señor Geovanny Fallas Campos (alcalde anterior a Feliciano), era síndico municipal del distrito central, se confabuló con el señor Eduardo Rojas Méndez (regidor municipal), para desviar una partida para arreglo de la calle a Ujarrás y dársela a la Iglesia Evangélica Asambleas de Dios (el señor Rojas era “devoto” de esa iglesia).

Entonces, es entendible el abandono del noble pueblo indígena de Ujarrás, con la construcción del puente sobre el Río Ceibo.
Las informaciones de dos medios de comunicación escrita, dejan entrever actos de sabotaje en el acueducto y el peligro sanitario para los pobladores de la ciudad de Buenos Aires.
Pero saben amigas y amigos lectores que Acueductos y Alcantarillados (A y A), extrae todo el agua potable del territorio indígena de Ujarrás, sin que a cambio reciban absolutamente nada. Según fuentes extraoficiales, el A y A recibe poco más de $ 200 mil dólares mensuales por concepto de venta del agua que no le pertenece.

Todavía más paradójico e increíble, es que Ujarrás no tiene con un acueducto propio (hasta recién A y a hace esfuerzos).
Un funcionario del área de salud de la Clínica de Buenos Aires, exalta el peligro de la salud de los ciudadanos del centro de Buenos Aires; pero la salud de los ciudadanos de Ujarrás no importa nada porque son indígenas.

Es justo que a Ujarrás le construyan el puente de inmediato.
Es justo que a Ujarrás le construyan un acueducto de inmediato.
Es junto que A y A pague un canon mensual por extraer ese preciado líquido del territorio de Ujarrás.

Es justo que las autoridades respectivas hagan algo, por los síntomas de semiesclavitud que sufren muchos indígenas, de manos de terratenientes no indígenas.

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