Salvemos la vida de Candelario Reyes, acosado por policìa, ejercito y paramilitares ya reconocidos.

Hoy, 26 de abril, a eso de las diez y treinta minutos de la mañana, paramilitares fuertemente armados, en dos vehículos, uno doble cabina, 2.8, marca Toyota, placas: PAK 2820 y un segundo vehículo, placas PBH 3334, en que se conducía un conocido miembro del antiguo batallón 3-16, conocido como JOSÉ GALLARDO, cuya oficio conocido es de vendedor de armas de fuego y municiones en las inmediaciones de la plaza central de la ciudad de Santa Bárbara. Este individuo en compañía de otros de aspecto hostil, de los que aparentemente él era sólo el guía, llegó a mi propiedad ubicada en la aldea de las crucitas, en busca mía, sin dar razón para qué, pero es más que evidente.

No se sabe si solamente para crear un ambiente de amedrentamiento, otros vehículos también han estado circulando a diversas horas cerca de mi casa de habitación ubicada en la Colonia Suyapa de Santa Bárbara, en los últimos días.

Desde el día 28 de junio del 2009, mi casa ha estado vigilada, y en varias oportunidades y a diversas horas, la policía, y vehículos particulares ocupados por militares y por hombres de civil armados con AK, han andado en mi búsqueda. En mi propiedad de día y de noche fue la patrulla policial y montaba operativos de búsqueda durante los primeros días del golpe de Estado.

Durante un lapso de los meses e diciembre y enero las hostilidades bajaron un poco, pues yo manifestaba a todo mundo que me encontraba en Europa.

Por supuesto, mi familia y yo no hemos podido volver a mi casa, excepto un día que mis hijos quisieron ir a visitar a sus excompañeros de colegio, y justo al saber que ellos se encontraban allí, se fue a colocar en la esquina un taxi, y un hombre armado, que no tenía ningún reparo en hacer evidente que estaba armado y vigilando a quienes ocupaban mi casa.

Con ayuda de amigos tuve que sacar a mi familia, y mantenerla desde esa fecha oculta. Finalizado el año escolar tomé otras medidas para ponerla a salvo. En la ciudad algunas personas de muy mala conciencia se han encargado de difundir una cadena de información, de que yo era empleado de MEL y que a mí me dio millones para la Cuarta Urna. Otros, de que yo soy agente de Chávez y que financio actividades de la resistencia, que por eso es que ando huyendo.

De hecho, yo nunca he sido depositario de dinero de nadie. Y si soy de la resistencia y lo seré hasta el último minuto de la vida, y cuando ayudo a otra persona, lo hago como parte que soy de un planeta que me ha prestado este cuerpo que un día volverá a su seno. Lo hago con mi modesta contribución en lo que puedo. Y lo hago con alegría.

Yo nunca fui empleado de MEL, de hecho guardo un gran respeto por doña Xiomara, su familia y el presidente MEL, aunque nunca sólo los he tratado brevemente, en mi calidad de simple ciudadano, que como muchos, respetamos a las personas por su hidalguía moral en las circunstancias adversas de la vida.

Por supuesto he sido un entusiasta del gobierno de MEL, pese a que tuvo grandes fallas, pero tuvo una posición clara y contundente en el NO a la Minería a Cielos Abiertos, al abuso de los poderosos y una política de consulta popular y respeto por la dignidad humana.

La vigilancia y la amenaza a las personas que trabajan conmigo ha sido permanente. Y Este día se han presentado directamente en mi propiedad a buscarme, creyendo encontrarme allí realizando mi trabajo como promotor cultural, como educador. O a lo mejor únicamente lo hayan hecho, como una demostración disuasiva para las personas que me quieren y que continúan mi labor a favor de la esperanza encarnada en los humildes de la tierra.

Con ocasión de la muerte de mi madre, sabiendo que yo había regresado al país, montaron igualmente vigilancia, pero por supuesto, yo no me mantuve en el mismo lugar, ni una noche después de las exequias.

Días antes del golpe de Estado, algunos amigos me alertaron, igual, algunos paramilitares expresaron en público que esta vez, no iba a ser los años ochenta, en que me les iba a escapar, entre ellos el dueño del vehículo con placas PBH 3334, muy reconocido por sus negocios ilícitos en la ciudad entre ellos, su condición de tope para el contrato de sicarios.

Como tengo un compromiso que cumplir estos días, viendo como están las cosas en el país, desde hace dos semanas he estado enviando mensajes de que voy a estar a partir de esta semana en Santa Bárbara, y ellos han iniciado con antelación la cacería.

Desde hace algún tiempo algunos miembros de mi familia me ha pedido que no escriba más, que me haga más invisible, que ya, que deje de soñar, y que no haga más labor cultural, que ya hice lo suficiente, que si me matan nadie me va a revivir y que voy a quedar sólo como un poema en el papel que un día se olvidará.

Yo quiero a mi familia y no me es agradable que vivan en zozobra en esta guerra de baja intensidad que vive el país, o de alta intensidad, depende desde qué punto se vea. Yo valoro al vida y respeto la de los
demás, es más la promuevo con optimismo.

Sin embargo, yo sé, porque me ha tocado burlar más de un cerco, que desde los años ochenta, estoy condenado a muerte por los escuadrones de la muerte, porque he dedicado mi trabajo a caminar con mi pueblo acompañándolo para que aprenda a leer y a escribir, a hacer arte y elevar su autoestima, a hacer escuelas, kínder, casas, bibliotecas, canchas, arte, arte y creer en la vida promoviendo la paz, la convivencia, la alimentación natural no chatarra, la seguridad alimentaria y decir que Honduras no necesita ejército, ni armas, sino libros, lectores, escritores, cientistas, gente de bien. Alegría, paz, trabajo y cuido.

Para esto, por supuesto he contado con el apoyo de organismos humanitarios y de desarrollo. Yo sólo he puesto mi trabajo. Y he contado con el apoyo de mis amigos de los pueblos trabajando hombro a hombro conmigo, o si es posible, mucho más que yo.

No soy ninguna persona importante, es cierto, sólo soy un mal ejemplo para los que ven la vida como un negocio, y a Honduras como un sitio para el asalto; que ven mal el testimonio de que los pobres valen ,no únicamente como fuerza de trabajo, porque tienen la capacidad para dirigir la vida, creer en ellos y crecer al amparo de su tenacidad, si cuenta con los medios y las oportunidades necesarias.

Con esta denuncia, dejo escrito el nombre de este paramilitar, de profesión franco tirador, que ha manifestado, que “matar a un perro comunista como yo, será el mejor ejemplo contra todos los cabrones de la resistencia” Y al parecer, hoy, de manera personal está ocupándose del asunto. Lo dejo escrito por lo que le pueda pasar a cualquier persona cercana mía, sea familia, amigo o trabajador. Y lo dejo también como evidencia de la impunidad y solvencia bajo la que actúan a pleno día, por las noches, a cualquier hora, aún cuando había estado de sitio. Que la inteligencia y la generosidad la distinguen con un balazo los sicarios ¿Al mando de quién? Es la pregunta.

Hago la presente denuncia ante la Red de Organismos de Derechos Humanos, ya que no puedo presentarla ante las autoridades, que como sabemos, no garantizan ningún respeto por la vida ni los derechos humanos.

Y dejo evidencia ante la atemorización de que son objeto las personas cercanas a mí, así como el riesgo que corren ante el estado de cosas que prevalecen en el país, nada grato, para quien valore la vida y la dedica al trabajo por los demás, y les enseña a preguntar ¿Por qué?

Candelario Reyes García
0405-1958-00080
Honduras.

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