Alfredo Forti, quien fue embajador en Tegucigalpa de 2004 a 2007, afirmó que “Del rango de coroneles han estado transmitiendo mensajes al exterior diciendo que están en el límite de su capacidad de aguantar la presión y que creen que va a llegar un momento en que van a tener que separarse de la actual posición porque, de lo contrario, podría haber un baño de sangre. Son expresiones de fracturas dentro de la institución armada. No sabemos si es porque hay militares constitucionalistas o porque ven que es una situación perdida y tratan de buscar una salida”.
En un a entrevista con un diario argentino, el ex diplomático dijo que para entender este golpe de Estado no debe perderse de vista la profunda relación entre los grandes empresarios y la política en Honduras.
“La clase empresarial tiene un control casi monopólico en muchos segmentos de la economía y, al mismo tiempo, tiene una influencia muy fuerte en los dos partidos tradicionales: el Partido Liberal y el Partido Nacional”, aseguró.
Según Forti, Zelaya trató de implementar una serie de medidas que apuntaban a una reforma estructural y afectó los intereses y prebendas de muchos de estos grupos.
teleSUR – Télam / MM